Sé tierra, dijo el Maestro. La tierra recibe las deyecciones de hombres y animales y esto no le molesta. Muy al contrario, transforma las impurezas en abono y fertiliza el campo.
Sé agua, dijo el Maestro. El agua se limpia a sí misma y limpia todo aquello que toca. Sé agua en torrente.
Sé fuego, dijo el Maestro. El fuego hace que la madera se transforme en luz y calor. Sé el fuego que quema y purifica.
Sé viento, dijo el Maestro. El viento esparce las simientes sobre la tierra, hace que el fuego arda con más vigor y empuja las nubes para que el agua caiga sobre todos los hombres.
Si tienes la paciencia de la tierra, la pureza del agua, la fuerza del fuego y la justicia del viento, entonces eres libre.
"No es el martillo el que horada la piedra, sino el agua con su danza y su canción"
R. Tagore
La naturaleza es un aspecto importante en la vida de todo ser humano, día con día nos sorprende, relaja y brinda cientos de paisajes únicos y perfectos. Como es bien sabido, está conformada por cuatro elementos naturales; tierra, agua, fuego y aire, y cuyo significado tiene que ver directamente con las personas. Es así como la tierra significa estabilidad, agua es las emociones, fuego marca el deseo y aire es el pensamiento.
Partiendo de esto, no sorprende que durante cualquier tipo de meditación alguno o varios de estos elementos estén presentes. Y es que además de los ejercicios y mantras que realizas, al hacerlo de la mano de la madre naturaleza, refuerzas la energía del cuerpo, mente y alma, sin olvidar la que dejas para el medio ambiente.
Al meditar con alguno de los elementos, realizas una meditación más introspectiva y de mayor concentración, ya que debes conectarte con la naturaleza, entender aquello que conforma al mundo y al mismo tiempo entenderte a ti mismo, es decir, conocerte.
Meditar con los cuatro elementos no significa necesariamente que te vayas al centro de un bosque, crees una fogata, lleves tu costal de tierra, un tanque de agua y aproveches las ráfagas de viento. Esto puedes hacerlo desde la comodidad de tu hogar, con velas para atender la parte del fuego, desde la comodidad de una tina para el tema del agua, y en el caso de la tierra, basta con un frasco que contenga arena, tierra, inclusive una maceta o plantas dentro de tu hogar funcionarían a la perfección.
Lo importante es que acondiciones el espacio donde llevarás a cabo la meditación y sobre todo que te pongas creativo. Meditar con uno, dos, tres o los cuatro elementos es elección tuya, sólo recuerda que entre más conectado estés con la naturaleza, la energía fluirá de mejor manera y más rápidamente. Además no debes olvidar que esta es una meditación de introspección, por lo que necesitarás mucha concentración y trabajar en tu respiración.
Recuerda que siempre puedes armonizar la meditación con un poco de música o incienso, mientras más sensibilices tus emociones, mayores serán los efectos en los planos físico, mental y espiritual.
El poder que reside en los cuatro elementos es infinito. En cualquier momento tienen algo que enseñarnos o nos traen energías para ayudarnos a avanzar en el camino de la vida. Aquí tienes una meditación basada en ellos y aquello que te pueden aportar.
Oración a los Cuatro Elementos de la Rueda Medicinal.
Al Gran Espíritu del Norte:
“¡Oh! , Gran espíritu del Norte,
invisible espíritu del aire,
y de los frescos y fríos vientos.
¡Oh!, vasto e ilimitado Abuelo Cielo,
Tu aliento vivo anima a toda la vida.
Tuyo es el poder de la claridad y de la fuerza,
El poder de oír los sonidos internos,
De barrer los viejos modelos,
y de traer el cambio y el desafío,
el éxtasis del movimiento y la danza”.
“Oramos para alinearnos contigo
para que tu poder fluya a través de nosotros,
y sea expresado por nosotros por el bien de este planeta,
y de todas las criaturas que lo habitan”.
Al Gran Espíritu del Este:
“¡Oh!, Gran Espíritu del Este, radiación del sol naciente,
espíritu de los nuevos comienzos, ¡Oh!, Abuelo Fuego,
gran fuerza nuclear, del sol,
el poder de la energía de vida, chispa vital,
el poder de ver a lo lejos y de imaginar con valentía,
el poder de purificar nuestros sentidos,
nuestros corazones y nuestras mentes”.
“Oramos para alinearnos contigo,
para que tus poderes puedan fluir a través
de nosotros y sean expresados por nosotros
por el bien del planeta Tierra,
y de todas las criaturas que lo habitan”.
Al Gran Espíritu del Sur:
¡Oh¡, Gran Espíritu del Sur, protector de la tierra fructífera,
de todo lo verde que crece,
los nobles árboles y hierbas,
Abuela Tierra, alma de la naturaleza,
El gran poder de lo receptivo,
de la nutrición y la persistencia,
el poder de crecer y producir,
flores del campo, frutos del jardín”.
“Oramos para alinearnos contigo,
para que tus poderes puedan fluir a través de nosotros
y sean expresados por nosotros
por el bien de este planeta Tierra,
y de todas las criaturas que lo habitan.”
Al Gran Espíritu del Oeste:
“¡Oh¡, Gran Espíritu del Oeste, de las grandes aguas
de la lluvia, de los ríos, lagos y manantiales.
¡Oh¡, Abuela Océano, honda matriz, útero de toda la vida
el poder de disolver los límites,
de liberar las ataduras, el poder de saborear y sentir,
de limpiar y sanar, gran oscuridad bendita de la paz”.
“ Oramos para alinearnos contigo,
para que tus poderes puedan fluir a través
de nosotros y sean expresados por nosotros
por el bien de este planeta.
Y de todas las criaturas que lo habitan."
Oración a los Ángeles de los Cuatro Elementos:
Señor Dios todopoderoso, creador del Cielo y de la Tierra. Señor clemente y misericordioso, envíame a tus cuatro ángeles: el ángel de la tierra, el ángel del agua, el ángel del aire y el ángel del fuego, para que tu voluntad se manifieste en mí. El ángel de la tierra viene a recoger todos los deshechos de mi cuerpo físico, los absorbe y los devuelve en forma de salud y de pureza. Limpia todo mi cuerpo para que la vida pueda circular fluidamente por mis venas y mis arterias. Se aligera, libera y distiende todo mi ser, y el reino de Dios y su justicia se hace realidad sobre la Tierra, y la edad de oro se manifiesta entre los humanos. El ángel del agua viene a lavar mi corazón de toda mancha. El amor desinteresado se instala en mi corazón y me aporta la felicidad, la dicha y el gozo. Mi corazón es limpio, cristalino, transparente, y el reino de Dios y su justicia se hace realidad sobre la Tierra, y la edad de oro se manifiesta entre los humanos. El ángel del aire viene a purificar mi intelecto, introduciendo en él sabiduría y luz. Mi pensamiento se vuelve penetrante, claro, radiante, y el reino de Dios y su justicia se hace realidad sobre la tierra, y la edad de oro se manifiesta entre los humanos. El ángel del fuego, que no es otro que el ángel del Sol, viene a santificar mi alma y mi espíritu. La verdad absoluta se introduce en todo mi ser. Mi alma y mi espíritu conocen la vida eterna y son la morada de la omnipotencia divina creadora, y el reino de Dios y su justicia se hace realidad sobre la Tierra, y la edad de oro se manifiesta entre los humanos. Así es para la gloria de Dios y su justicia.
Así es para la gloria de Dios
INVOCACIÓN A LOS CUATRO ELEMENTOS
Los Elementales (también llamados Espíritus Elementales) considerados por la Magia son cuatro: Tierra, Aire, Agua y Fuego.
Los mismos son fuerzas cósmicas muy poderosas representadas por seres vivientes invisibles al ojo común y constituyen una verdadera fuente de poder. A estas entidades se les solicita ayuda en forma permanente y conviene con ellas entablar amistad, pues son muy sensibles y sutilmente vengativas con quienes causan daño a la naturaleza.
A continuación les diré como invocar a los 4 elementos con unas oraciones:
Elemento Tierra:
Nombre de los Espíritus: Gnomos (o Enanos), Duendes, Trolls, Brownies. Los Gnomos atraen riquezas y se los convoca mediante polvos y sales.
Sienten afinidad con la sobriedad, la limpieza, la organización y el orden. Prestan su ayuda a las personas ordenadas, laboriosas, amantes de la naturaleza y del saber.
Una forma de congratularse con ellos es teniendo una planta en la casa, cuidándola y hablándole y enterrando una moneda en la tierra, pedirle que interceda ante los espíritus de la tierra a fines de atraer riqueza y prosperidad .
Invocación a los Elementales de la Tierra:
Invoco a los Espíritus que habitan la madre Tierra.
Invoco a las fuerzas telúricas que sostienen
Nuestra humilde existencia.
Invoco a Gob, caudillo de los Gnomos.
Invoco a todos los elementales benéficos de la Tierra
Para que atraigan sobre mi persona bienestar y riquezas
Y alejen de mí la maldición de la carencia.
Elemento Aire:
Nombre de los Espíritus: Silfos (o Céfiros) y Sílfides, Gigantes, Grifos, Gerontes.
A estos espíritus los atraen los inciensos y los aceites. Se relacionan con la comunicación, los viajes y la inspiración. Son seres que viven en el aire, alegres y gentiles, amantes de la luz del Sol y de la Luna.
Son muy convocados por los magos para desarrollar los poderes de videncia.
Invocación a los Elementales del Aire:
Invoco a los Elementales del Aire y del viento.
Invoco a Paralda, caudillo de los Silfos.
Invoco la suave brisa que trae videncia e inspiración a la mente.
Invoco a estas fuerzas dadoras de inspiración, videncia e intuición.
Elemento Agua:
Nombre de los Espíritus: Ondinas (o Ninfas), Sirenas, Náyades, Nereydas.
A estos Espíritus se los puede atraer con lavados y soluciones. Rigen a los vegetales y a los procesos de curación.
Estos seres, de gran belleza y aspecto angelical, viven en las profundidades acuáticas. Tienen que ver con el amor, con la armonía, los placeres sanos, la salud física y psíquica.
Invocación a los Elementales del Agua:
Invoco a los Elementales del Agua.
Invoco a Neckna, caudilla de las Ninfas.
Invoco a las dulces fuerzas pacíficas pero poderosas de la savia vital.
Invoco a la belleza oculta pero generosa del fluido viviente.
Invoco a todas estas fuerzas para que traigan
salud, bienestar y amor a mi vida.
Elemento Fuego:
Nombre de los Espíritus: Salamandras, Gárgolas, Dragones.
A estos Espíritus los atraen el fuego y el incienso. Administran cambio y libertad.
Habitan en el fuego y se encargan de destruir todas las fuerzas negativas, maleficios y conjuros que exista sobre una persona.
Limpian y purifican de bajas pasiones y vicios y además nos permiten cambiar para mejorar aquello que traba nuestro desarrollo.
Invocación a los Elementales del Fuego:
Invoco a los Elementales del Fuego.
Invoco a Djin, caudillo de las Salamandras.
Invoco a los poderes del cambio y de la luz.
Invoco al fuego que consume las mezquindades,
vicios y bajas pasiones.
Invoco a estas fuerzas para que me concedan
fortaleza para cambiar, y me liberen
de todos aquellos conjuros,
maleficios y negatividades
ejercidas sobre mi persona.
LOS AROMAS DE LOS 4 ELEMENTOS
En las enseñanzas tradicionales mágicas, los elementos son emanaciones de la única fuente de energía que ha creado el universo, conocida por la palabra sánscrita Akasha.
Cada uno de los cuatro elementos (Tierra, Aire, Fuego, Agua) posee sus propias energías determinadas, que sirven en la magia. En resumen, éstas son las energías:
TIERRA: Dinero, negocios, objetos materiales, fundación, conservación, ecología, fundamento.
AIRE: Razón, intelecto, movimiento, viajes, comunicación, enseñanza, superación de las adicciones.
FUEGO: Sexo, romper con los hábitos, purificación, protección, superar las enfermedades, agresividad, salud, fuerza.
AGUA: Amor, purificación, conciencia psíquica, curación, amistad, belleza, espiritualidad, meditación.
La tabla siguiente resume los atributos elementales que se le dan a cada planta y aceite esencial. Se trata de un sistema personal que he venido desarrollando durante los últimos 18 años. Está continuamente evolucionando, conforme voy adquiriendo nuevas intuiciones sobre las energías contenidas en las plantas.
TIERRA: Ciprés, madreselva, lilas, mimosa, liquen de roble, pachulí, haba tonca, tulipán, vetiver.
AIRE: Menta acuática, alcaravea, apio, esclarea, hierba de Santa María, eneldo, eucalipto, hinojo, lúpulo, lavándula, toronjil, pomelo, hierba luisa, lirio del valle, mejorana, ulmaria, niaouli, perejil, menta piperita, pino, salvia, menta, anis estrellado, guisante de olor.
FUEGO: Albahaca, laurel, bergamota, pimienta negra, retama, caléndula, clavel, clavo, café, copal, cilantro, comino, lengua de ciervo, incienso, galanga, ajo, jengibre, hisopo, enebro, lima, capuchina, azahar, nuez moscada, cebolla, naranja, poleo, petitgrain, romero, ruda, azafrán, asperilla.
AGUA: Manzana, manzanilla, alcanfor, cardamomo, freisa, gardenia, geranio, jacinto, lirio, jazmín, limón, azucena, magnolia, melón, artemisa, mirra, narciso, cereus, palmarrosa, plumeria, rosa, sándalo, lirio araña, esteva, tomillo, vainilla, nenúfar, jengibre blanco, áloe, aquilea, ilang-ilang.
Los 4 elementos son la base de la vida a través de todo el Universo. Se les vincula con los 4 cuartos del círculo del mago y son la fundación de la magia natural.
RITUAL DE LOS 4 ELEMENTOS CON ARCÁNGELES
Este ritual es realizado con los 4 Grandes Arcángeles quienes son los regentes absolutos de los 4 Elementos. Les sugiero este ritual para tener la bendición y protección de estos Arcángeles.
Elemento de Aire
Para recibir la bendición de el Arcángel Rafael lo realizaremos un miércoles en lo alto de una montaña o donde fluya el aire fuertemente. Ya que ...Rafael significa Aire. Para realizarlo debes estar completamente vestido de (Blanco ó Amarillo), tener en tu mano un incienso de sándalo y un ramo de rosas ó claveles (color amarillo). Con estos ingredientes haces un círculo formado por 8 vueltas que des en el mismo lugar y llamando o invocando al Arcángel Rafael en voz alta y con firmeza. Sentirás el viento aumentar, ahí en ese momento toma las flores y quitas sus pétalos y las tiras al aire con esta oración:
“Bienvenido Rafael tuya son estas flores y tuya es la gloria, Amén.”
Una vez el viento disminuye se aconseja tomes una pequeña copita de vino y un pedazo de bizcocho ya que este ritual es uno de los más poderosos que tiene la magia angelical.
Elemento Fuego:
Utilizarás una vela (que no se apague con el viento, como las velas que se usan para alejar mosquitos), y buscarás un area donde la tierra sea plana y no haya vegetación. Tu vestimenta debe ser roja en su totalidad. El elemento fuego es regido por el Arcángel Miguel. A este Arcángel le encenderás la vela, sentado en el suelo (la vela debe estar enterrada a la mitad en la tierra).
Cuando enciendas la vela repetirás 8 veces el nombre de el Arcángel Miguel, mirando la flama de la vela sin pestañear, y dices:
“Amado Miguel, Regente del elemento fuego, te invoco yo (tu nombre aquí) para tener contacto contigo para que me des la energía necesaria para continuar en la Tierra, dame amor y paz, Amén”.
En este momento se siente una calor inmensa lo cual significa la presencia del Arcángel Miguel. Abrazate a este fuertemente y para toda tu existencia.
Cuando el calor se calme y la vela se apague sola (sin haberla soplado) di en voz alta 3 veces “Gracias Señor por tu energía”. Entierra ahí mismo la vela. Ya que este ritual da una gran energía para el que le practica.
Elemento Agua
Lo realizas en la playa, exáctamente frente al mar. Estarás completamente vestido/a de color violeta. Te pondrás de frente y de pié al Oeste y abrirás tus brazos y dirás estas palabras:
“Mi amado Gabriel, Regente del elemento agua, todo ser viviente procede de el mar, que es la madre de la vida. Yo (tu nombre aquí) te invoco, en nombre de Dios y te suplico me des un poco de tu energía celestial hoy y siempre, Amén”.
En este momento entra al mar pero solo que las olas toquen tus pies. Sentirás como el Arcángel Gabriel sube por tus pies y cubre todo tu cuerpo. La paz y la energía de este ritual es inmensa.
Elemento Tierra
Lo realizas en donde existan muchos árboles (como un parque). Exelente ritual para la depresión, nervios y la debilidad física. Se viste de verde quien le realize. Llevarás una cestica con migajas de pan para alimentar los pajaritos, nueces y manzanas. Con estos ingredientes vas y te sientas debajo de el árbol que sea más frondoso. Colocas tu canasta encima de un pañuelo verde e invocas al Gran Arcángel Uriel, regente del elemento Tierra.
“Amado Uriel, tu que riges el elemento Tierra, en nombre de Dios te invoco para que inviertas sobre mi persona (tu nombre aquí) tu divina escencia y elimines este espíritu atribulado de mí. Dame paz, salud física, mental y espiritual hoy y siempre, Amén”.
Cierra en estos momentos los ojos y siente la presencia del Arcángel Uriel descender de lo alto del árbol y cubrir todo tu cuerpo. Cuando se disperse, abre tus ojos y come tu manzana y nueces y esparce las migajas a todo tu alredeor para que las aves coman. Cuando esto suceda puedes retirarte con la gran fortaleza, paz y energía de este ritual.
Y la meditación dice así:
Preparativos: busca un lugar tranquilo, enciende una vela y apaga la luz. Siéntate en un lugar muy cómodo, y si te fuera posible procura hacerlo con las piernas cruzadas en la típica posición de meditación. Si lo deseas puedes poner algo de música que te inspire buenos y maravillosos sentimientos.
Relajación: ahora intenta relajarte todo lo que puedas. Respira profundamente tres veces. Siente que al inspirar te llenas de una energía de luz y al espirar expulsas todo lo negativo de tu cuerpo, que se ve totalmente desintegrado.
Campo verde: cuando te sientas lo suficientemente relajado, es el momento de llevar tu imaginación y tu mente a un bonito prado verde donde brille el sol y la temperatura sea estupenda. Túmbate en la hierba y respira profundamente. Estás todavía mucho más relajado y estás feliz. Sonríe.
El fuego: es el momento de empezar a trabajar con el fuego. Ponte de pie en la hierba y mira al horizonte. En ese momento verás una fogata de fuego. Una llamarada más grande que tú está brillando en ese horizonte. Acércate a ella. Vas a ser purificado, tus energías pesadas van a ser eliminadas. Para ello imagina que entras justo en el centro de la llama y todos esos malos recuerdos, esas malas sensaciones que hay en tu interior son quemadas y hechas cenizas. Esas cenizas van a fertilizar todo lo bueno que hay en ti. Son abono para tu felicidad. Tómate todo el tiempo que necesites.
El aire: cuando te sientas preparado para salir de la llama del fuego, empieza a sentir como una leve brisa te traspasa. El aire se hace cada vez más y más fuerte, tanto que es capaz de levantarte del suelo y permitirte volar. Gracias a ese viento, te sientes ligero y libre para hacer aquello que te traiga felicidad a tu vida. Tómate todo el tiempo que necesites para meditar la sensación.
La tierra: a continuación ve bajando a la tierra lentamente. Písala con fuerza y visualiza una gran roca en el horizonte. Acércate a ella, tócala y abrázala. Cuando la abraces recibirás toda su fortaleza, su firmeza y su estabilidad para tu vida. Tómate todo el tiempo que necesites para recibir esa energía.
El agua: a continuación dale un beso a la roca y visualiza una catarata de agua cristalina. No te lo pienses dos veces y entra en ella. Siente como el agua te penetra y empieza a llenar tus sentimientos con chorros de amor. Esa agua, es amor, así que déjate inundar por ella. Tómate el tiempo que necesites para meditar sobre ello.
Cuando sientas que ya te has colmado es el momento de salir de la meditación. Solo respira profundamente tres veces y abre los ojos.
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