LA LICNOMANCIA
La licnomancia es una técnica de adivinación en la que se recurre a las llamas para conocer respuestas concretas del futuro. Este medio puede ser utilizado para consultas sobre futuros de corto plazo (mañana, días o semanas). Todos han observado cada vez que encienden una vela como su llama en ocasiones se agita rápidamente, chisporrotea, otras veces permanece totalmente quieta, algunas veces es muy larga, otras parece que la vela se va a apagar y alguna vez se apaga.
¿Y la cera? A veces parece que la vela “llora”. Otras veces se quema limpiamente y otras se forman dibujos en el plato. ¿Obedece todo esto a la casualidad o es algo más?
Ese misterioso lenguaje de las velas que mucha gente ha subestimado su poder pero que es uno de los métodos de adivinación más completos e increíbles que existen.
Cuando queramos preguntar sobre algún tema, elegiremos una vela con el color adecuado dependiendo de lo que se trate. Crearemos una atmósfera tranquila donde nos sintamos confortables y nos concentraremos en hacer la pregunta mirando la llama de la vela.
Cuando estemos preparados, encendemos la vela. Siempre con una cerilla de madera. Después nos quedaremos tranquilos observando la llama encendida pues dependiendo de cómo ésta se queme, nos dará información sobre el tema que estamos preguntando.
Trata de que en la habitación donde esté no haya corrientes de aire y tampoco te sientes cerca de la vela pues vuestra respiración podría alterar la llama. Las velas siempre responden.
Llama fuerte:
El poder que invocas está moviendo tu deseo hacia su pronta manifestación. Una llama fuerte nos dice que hay mucha energía involucrada. Mucha fuerza y mucho poder.
Llama débil:
Energías en contra, oposición, lo que estás pidiendo lo conseguirás, pero te costará un poco.
Llama nerviosa:
Es una llama que “salta” mucho, que no para quieta. Este tipo de llama indica que hay muchos tipos de energías en juego que pueden influir el resultado final. Requerirá de un trabajo aún más fuerte para canalizar las energías por el camino deseado.
Llama alta:
Es una señal de muy buen augurio, un éxito rotundo. Las cosas van a salir muy bien y además tienes energías externas ayudándote.
Llama uniforme:
Una llama que no se agita para ningún lado sino que permanece estable y quieta durante las horas que dura la vela, significa que todo va bien y que todo está tranquilo. Es un signo positivo.
Llama oscilante:
Si la llama oscila a ratos indica cambios. Puede ser una mudanza, un viaje… en todo caso, llega movimiento a tu vida.
Llama corta:
Nos indica que hay una falta de energía en el proceso y que las cosas no están yendo bien. Es un resultado negativo pero que se puede cambiar si enfocas tus energías adecuadamente.
Llama que chisporrotea:
Te indica que algo no va mal. Si estás poniéndole la vela a una persona, te indicará que esa persona tiene algún problema. Si es una situación, esta no tendrá el resultado deseado. No es buena señal pero no es irreversible.
Llama que se apaga:
En ocasiones una vela puede apagarse. Es una señal que indica que las cosas saldrán mal. Lo que estamos pidiendo no resultará. Incluso podría avisarnos de algún peligro.
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