EL FENÓMENO DE LA SINCRONÍA
EL FENÓMENO DE LA SINCRONÍA
La vida nos indica por donde debemos ir, y lo hace por medio de una serie de coincidencias que nos suceden a diario. Por lo regular estas coincidencias, o sincronías, se presentan conectadas en una forma tan significativa, que desafían todos los cálculos basados en probabilidades. La única forma de llegar a comprender este fenómeno es partiendo del concepto de la unidad de todo lo creado. Todos somos uno, porque Uno solo es el espíritu que anima la vida a través de sus múltiples creaciones. Este concepto de unidad está también apoyado por el postulado más revolucionario de la física cuántica, que se refiere a la interdependencia que, comprobaron que existe, entre el observador y lo observado.
La vida nos indica por donde debemos ir, y lo hace por medio de una serie de coincidencias que nos suceden a diario. Por lo regular estas coincidencias, o sincronías, se presentan conectadas en una forma tan significativa, que desafían todos los cálculos basados en probabilidades. La única forma de llegar a comprender este fenómeno es partiendo del concepto de la unidad de todo lo creado. Todos somos uno, porque Uno solo es el espíritu que anima la vida a través de sus múltiples creaciones. Este concepto de unidad está también apoyado por el postulado más revolucionario de la física cuántica, que se refiere a la interdependencia que, comprobaron que existe, entre el observador y lo observado.
El psicólogo Carl Jung estuvo muy interesado en estudiar este fenómeno de la sincronía, y recopiló un archivo con cientos de historias sorprendentes, sucedidas a sus pacientes. Entre ellas relata el caso de una mujer que se encontraba en medio de una crisis muy aguda. Estando en consulta, mientras ella le contaba un sueño que había tenido la noche anterior, donde alguien le había regalado un escarabajo dorado, ocurrió un golpeteo en la ventana. Jung se dirigió hacia allí y la abrió. Logró atrapar en sus manos a un insecto que acababa de introducirse. Al mirarlo se dio cuenta de que era precisamente un escarabajo dorado igual al del sueño, perteneciente a una especie tan rara, que él jamás había visto otro igual.
Nunca ocurren las cosas por accidente, todos los detalles que se introducen en nuestra realidad son el resultado de nuestros merecimientos, en función de la ley de Causa y efecto y la ley de la Correspondencia, y llegan a nuestra vida con un propósito. Las coincidencias no existen, en realidad deberíamos llamarlas Diosidencias, porque no se trata de casualidades, sino de causalidades. Por medio de pequeños detalles coincidentes, Dios te deja saber si vas por el camino correcto. Los eventos sincrónicos actúan como un simple lenguaje binario que responde: sí o no.
Si deseas saber si el universo te apoya para desarrollar un proyecto, da el primer paso hacia manifestar tu sueño. Tu acción inicial hace las veces de pregunta. Ahora observa y espera. Si comienzan a suceder una serie de sincronías que te facilitan la realización de lo que te propones, sigue adelante con toda confianza. Si por el contrario, aparecen obstáculos, uno tras otro, sería recomendable que esperaras tiempos más favorables.
Para ampliar tu comprensión y desarrollar la conciencia, es útil que te empeñes en la tarea diaria de observar con atención las secuencias de aparentes coincidencias que ocurran en tu vida. No olvides que la sincronía es el sistema de señalización que usa el universo para indicarte cuál es rumbo que debes tomar. Nunca digas no de entrada a un ofrecimiento, nunca rechaces algo que te llega inesperadamente, porque puede tratarse del regalo perfecto que cambiará tu vida.
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